Opinión
El futuro tiene una fecha límite: tenemos que atrevernos a ganar ahora

La alienación general, la apatía y el escaso análisis material respecto al significado de nuestras crisis combinadas son muy preocupantes. Este no es un camino para avanzar, no tiene ninguna posibilidad de éxito.
João Camargo

Investigador en crisis climática y militante de Climáximo.

Leonor Canadas

Agrónoma, organizadora de la red internacional Global Climate Jobs y militante de Climaximo.

@leonor_canadas

10 may 2024 06:30

La izquierda se enfrenta a tremendas crisis. Estas crisis son visibles en su falta de visión, su falta de entusiasmo por el futuro, su falta de planes de poder, su falta de confianza en la posibilidad de victoria y un miedo generalizado a asumir riesgos. Es una profecía autocumplida: cuanto menos creemos y menos arriesgamos, menos posibilidades tenemos de triunfar. Estas crisis se manifiestan entonces en una menor capacidad de movilización, en movilizaciones sin objetivos de transformación, en malos resultados electorales y, simplemente, en aceptar jugar con las reglas de un juego que nunca se suponía que debíamos jugar, un juego que históricamente fuimos responsables de romper. La alienación general, la apatía y el escaso análisis material respecto al significado de nuestras crisis combinadas son muy preocupantes. Este no es un camino para avanzar, no tiene ninguna posibilidad de éxito.

Han pasado décadas desde que oímos hablar por primera vez de las crisis medioambiental y climática y de la necesidad de una transición productiva que abandone los combustibles fósiles y la destrucción causada por la constante expansión e intensificación de la producción. Han pasado casi veinte años desde que las crisis financieras de 2007-2008 sacudieron el mundo y la hegemonía neoliberal, desde que asistimos y nos sumamos con esperanza, rabia y emoción al inicio de años llenos de descontento popular convertido en rebeliones, levantamientos, ocupaciones, protestas masivas y otras movilizaciones, reclamando cambios estructurales, desde la Primavera Árabe hasta Occupy e Indignados. En ese periodo necesitábamos más ambición y menos compromiso, más visión radical y propuestas audaces, programas y prácticas revolucionarias. No tuvimos casi nada de eso. Nos dejamos llevar por el canto de sirena del cambio gradual y retrocedimos décadas. Seguimos retrocediendo, pero esta vez hacia un precipicio.

Opinión
Portugal Un camino estrecho entre mil callejones sin salida: izquierda, verdes, extrema derecha y caos climático
En términos de justicia climática, las elecciones portuguesas fueron una secuela de 'Don't look up'. Nadie, desde la extrema derecha a la izquierda, propuso un programa compatible siquiera con un escenario de 2ºC del insuficiente Acuerdo de París.

Tras la pandemia, una crisis del coste de la vida que conectaba estructuralmente la emergencia climática con las crisis socioeconómicas golpeó a los trabajadores y a los pobres mientras las corporaciones y las empresas energéticas declaraban los mayores beneficios de la historia. No sólo se han llenado los bolsillos con nuestro dinero, sino que nunca lo han hecho con tantos beneficios como ahora, mientras pasamos hambre, somos desplazados, perseguidos y, en muchos lugares, asesinados. Sin embargo, la izquierda política y social está fracasando rotundamente a la hora de responder adecuadamente al momento. La extrema derecha ocupó el espacio y la retórica antisistema que ha quedado vacante en su mayor parte. Es irrelevante que la ultraderecha sea la primera línea de la defensa del capitalismo, el poder narrativo es poder y tiene una expresión material, y ellos se han hecho con una parte importante del mismo, quedando la izquierda en pie defendiendo instituciones decrépitas del capitalismo tardío y dejándose equiparar con el status quo.

Si la izquierda política y social no dan un paso al frente, cualquier polarización será entre la extrema derecha y el centro extremo: resultará en el colapso de las condiciones materiales para la civilización

Los próximos años serán años de descontento y malestar social. La única manera de que eso no se convierta en combustible para el fascismo y la extrema derecha es que surja un nuevo poder en la izquierda, que establezca programas rupturistas de transformación social y productiva y adopte estrategias y tácticas compatibles, impulsando el cambio de sistema y la revolución necesaria para lograrlo. Si la izquierda política y social no da un paso al frente, cualquier polarización existente será entre la extrema derecha y el centro extremo, lo que resultará en el colapso no sólo del capitalismo, sino de las condiciones materiales para la civilización humana a gran escala.

La emergencia medioambiental y climática no es una cuestión secundaria en el camino que elijamos hacia adelante. La crisis climática es el clímax de todas las crisis del capitalismo, una crisis humanitaria global que ya está amenazando los derechos humanos, las vidas y los equilibrios medioambientales como nunca antes. Esta crisis debe definir directamente la estrategia y los programas que darán forma al futuro. O abordamos esta crisis, o ningún programa de transformación será viable. Lo que hagamos de la izquierda en los próximos años definirá no sólo el futuro de la izquierda, sino el futuro de la Humanidad.

La lucha continúa, pero no para siempre. Las crisis climática establece plazos para que se produzca el cambio. Debemos ser honestos y serios sobre lo que significa el colapso

Debe surgir ahora una Izquierda Ecosocialista, preparada para dar un paso al frente y planificar el poder, articulada a escala global. Debe ser una izquierda ecosocialista internacionalista, antiimperialista, anticolonialista, antirracista y transfeminista. Una que no esté dispuesta a renunciar a un nuevo futuro, y que esté dispuesta a imaginar y construir los caminos para conquistarlo.

La lucha continúa, pero no para siempre. Las crisis medioambiental y climática establecen plazos para que se produzca el cambio. Debemos ser honestos y serios sobre lo que significa el colapso climático para nuestras luchas por la justicia, la paz y el pan, la vivienda, la educación y la salud para todos: significa que necesitamos estrategias para ganar estas batallas a corto plazo, no a largo plazo. Estas estrategias están más allá del horizonte de las elecciones y los ciclos electorales, deben rechazar cualquier papel de mero conciliador de intereses de clase.

La lucha que tenemos por delante es una lucha de clases. Las élites del capitalismo han declarado una guerra a muerte a la humanidad perpetuando un sistema económico dependiente de los combustibles fósiles. Ninguna otra guerra traerá tanta muerte, destrucción y violencia como la guerra que nos hacen a nosotros, bajo el capitalismo alimentado por combustibles fósiles. Ninguna cantidad de propaganda en torno a la transición verde puede ocultar el simple hecho de que no se está produciendo ninguna transición, sólo hay una parte de energías renovables entrando en un sistema energético en continua expansión que se utiliza para destruirlo todo, al tiempo que empuja a muchos territorios por encima del umbral de la habitabilidad.

Es hora de que nosotras - tanto la izquierda de los movimientos sociales como la de los sindicatos o los partidos políticos - asumamos nuestros propios fracasos y afrontemos el presente y el futuro de frente, con valentía y confianza. Si no nos organizamos para la revuelta y la rebelión ahora, es muy posible que no tengamos oportunidad de hacerlo en el futuro.

La tarea que tenemos por delante es el cambio de sistema: una transformación completa y radical de nuestro sistema socioeconómico a corto plazo. Para ello es esencial una izquierda revolucionaria ecosocialista. Se trata de una tarea de las generaciones vivas de hoy, que no debe producirse en un futuro imprevisible, sino a corto plazo. El esfuerzo organizativo para hacer realidad esta respuesta será gigantesco, y requerirá un verdadero compromiso por parte de una  nueva izquierda revolucionaria sin titubeos que se arriesga a perderlo todo si no se atreve a ganar.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Andalucismo
Tercera ola andalucista La continuidad de la tercera ola andalucista
El andalucismo se encuentra en un punto de inflexión en el cual debe decidir qué objetivos perseguirá a futuro como movimiento.
Opinión
Bifurcaciones madrileñas: romper con la mala política

Aunque las lecciones sean dolorosas, una bifurcación en la cual seamos capaces de optimizar las opciones de las izquierdas tampoco es necesariamente una mala noticia: se pueden recoger más votos y a la vez, normalizar que existen diferentes proyectos para afrontar la situación.

nfernandezosinaga
11/5/2024 7:44

Creo que todos los lectores de este articulo diremos que estamos de acuerdo con todo lo que se menciona aquui....pero como iniciar ese movimiento masivo del que hablas?

1
0
Italia
Derechos a la salud ¿Se hunde la sanidad pública en Italia? Los ricos se saltan la cola
La desinversión en sanidad de los últimos años ha conducido a una carencia de profesionales sanitarias y a la proliferación de servicios de urgencias privados, en los que se paga para sortear las largas esperas que afectan a los centros públicos.
Contigo empezó todo
El Salto libros El Salto lanza su propia línea editorial con un libro sobre la otra historia de España
El Salto Libros se estrena con el volumen ‘Contigo empezó todo’, del periodista Eduardo Pérez, otra visión de la historia de España a través de 30 episodios olvidados. Suscríbete y te lo enviamos gratis.
Euskal Herria
Euskal Herria El ‘Triángulo de las Bermudas’ de los fondos Next Generation engulle la transición ecosocial
Cubren el 18% de la inversión de Mercedes en Araba: 185 de 1.000 millones de euros para empezar a fabricar furgonetas eléctricas al alcance de bolsillos pudientes. Los Next Generation están condicionados a contrarreformas y una deuda mutualizada.
Palestina
Genocidio España reconoce el Estado palestino y reafirma su amistad con Israel a pesar del genocidio en Gaza
Pese a que el gesto de España, Irlanda y Noruega ha sido bienvenido por las autoridades palestinas, la última semana ha puesto en evidencia la voluntad sionista de arrasar con cualquier posibilidad de un Estado palestino real.
Sumar
Propuesta de Sumar España es uno de los siete países de la Unión Europea sin prestaciones universales para la crianza
Todos los países del norte y el centro de la Europa de los 27 tienen ayudas para la crianza, que van desde los casi 50 euros mensuales en Eslovaquia, Letonia y Bulgaria a la 'Kindergeld' de Alemania (250 euros) y los 373 euros de los Países Bajos.

Últimas

Bebés robados
Bebés Robados La ley de bebés robados vuelve al Congreso por tercera vez
Siete años después de su primera entrada en la cámara, la propuesta de ley para la investigación del robo de bebés durante el franquismo y los primeros años de la democracia será tramitada de nuevo gracias a la lucha de las asociaciones.
Actualidad LGTBIQ+
Derechos LGTBI+ Las asociaciones LGTBI+ dejan la organización del Gay Games en València
La Fundació València Diversitat, Lambda, Avegal y Dracs acusan a PP y Vox de secuestrar el proyecto y de aplicar políticas de recorte de derechos LGTBIQ+.
Opinión
Opinión Brutalismo supremacista libertariano
Reflexiones sobre la cumbre de Madrid en la que se reunieron los líderes mundiales del capitalismo gore y formación del Anthropos 2.0.
Genocidio
Genocidio La Unión Europea convocará a Israel para evaluar el acuerdo preferencial por la violación de derechos humanos
El Consejo de la Unión Europea envía una señal de advertencia al régimen de Netanyahu después de que la Corte Internacional de Justicia pidiera el fin inmediato de la campaña de exterminio en Rafah.
Ocupación israelí
Genocidio en Gaza Israel desobedece a la CIJ y provoca una nueva masacre en un campo de refugiados de Gaza
Tres días después de que la Corte Internacional de Justicia ordenase a Tel Aviv detener los ataques, el ejército de Israel bombardea una “zona humanitaria” y asesina al menos a 50 palestinos.
Genocidio
Lucha contra el genocidio Acampada en la Universidad Complutense: las esporas del 15M que han germinado por Palestina
Estudiantado organizado de manera asamblearia que ya suma 500 tiendas de campaña desafía al consejo de rectores madrileños y promete resistir hasta que se rompan relaciones con Israel.
Mugimendu Sozialista
Mugimendu Sozialista Bernardo Atxaga y Joseba Sarrionandia censuran el veto a GKS en las txosnas de Bilbao y Gasteiz
Los escritores se adhieren a una lista de 150 artistas, entre los que están Fermin Muguruza o Itziar Ituño, para reclamar que “la participación en las fiestas populares sea un derecho universal”
Sidecar
Sidecar Nación favorecida: anatomía del vínculo anglo-estadounidense
El lento crecimiento económico de la economía británica registrado desde 2008 contrasta con el vertiginoso aumento de los beneficios obtenidos en el país por las empresas tecnológicas estadounidenses.

Recomendadas

Inteligencia artificial
Inteligencia artificial IA y crisis climática: las grandes tecnológicas escogen España para instalar sus gigantescos centros de datos
El boom de la IA ha disparado las necesidades de computación de los centros de datos y su consumo de agua. Las grandes tecnológicas buscan nuevas regiones para instalarlos. España entre ellos.
Unión Europea
Fronteras La ultraderecha prepara su asalto al Parlamento Europeo capitalizando el discurso antiinmigración
Las encuestan apuntan a una mayor representación en la Eurocámara de los dos espacios políticos de extrema derecha, mientras los países que demandan un endurecimiento del Pacto de Migración y Asilo son mayoría.
Memoria histórica
Eduardo Pérez “Quería recordar a las mejores generaciones que han pasado por España”
El periodista Eduardo Pérez, colaborador habitual de El Salto, firma ‘Contigo empezó todo’ un libro que rescata 30 momentos estelares de la otra historia de España, olvidada, silenciada y vilipendiada por el relato oficial.
Albania
Turistificación La otra cara de la Riviera Albanesa
La apuesta del Gobierno albanés de poner el futuro económico en manos del sector turístico está llevando a una masificación del sector que se traduce en la degradación del medio ambiente y un fuerte encarecimiento de la vivienda.