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Libertad de expresión
Pablo Hasél, desde la cárcel: “Yo literalmente no tengo un euro y aquí sobrevivo gracias a la solidaridad”
Seis páginas de un cuaderno de la marca Cervantes albergan las respuestas que Pablo Rivadulla Duró (Lleida, 9 de agosto de 1988) ha proporcionado a El Salto desde la cárcel de Ponent, en Lleida. Conocido como Pablo Hasél, debe afrontar más de dos años de prisión por los delitos de enaltecimiento del terrorismo, injurias y calumnias contra la corona y contra las instituciones del Estado. Su entrada en prisión supuso una fuerte movilización social que terminó con disturbios por parte de los manifestantes y una fuerte respuesta policial.
El rapero responde a este medio y se pronuncia sobre por qué quien tiene dinero permanece menos tiempo encarcelado y si piensa que su entrada en prisión puede ser un punto de inflexión en cuanto a eliminar los delitos del Código Penal por los que ha sido sentenciado, tal y como diversos organismos internacionales llevan exigiendo a España durante años. Al final de sus respuestas remitidas a este periodista, un apunte: “Pido por favor que todo aparezca tal cual ha sido escrito”. Y así ha sido.
Hace algo más de un mes que ingresó en prisión. ¿Las cosas están yendo como se esperaba? ¿Cómo es su cotidianeidad?
Al haber peleado por el derecho a una celda individual me tienen en un módulo donde hay pocos presos y el patio es diminuto. En este módulo también llegan todos los ingresos y pasan una semana confinados así que cuando los llevan al patio no nos permiten salir. Eso significa que apenas podemos salir al patio y la sensación de encierro aún es mayor. Si la condena será larga como parece, pelearemos por el cambio de módulo. Ahora se niegan a cambiarme porque dicen que no hay espacio para celdas individuales pero me consta que no es así. Además, los presos de este módulo tenemos menos horas de polideportivo (dos a la semana y una no la cumplen) cosa que impide hacer más deporte.
En mi día a día leo bastante, escribo, hago el poco deporte que se puede en un espacio tan reducido y charlo con el resto de presos.
Aunque cumple una condena de nueve meses por un delito de enaltecimiento del terrorismo, que sea insolvente aumenta su estancia en la cárcel en un año y cuatro meses más. Eso se debe al impago de la multa por los delitos de injurias y calumnias contra la corona y contra las instituciones del Estado. ¿La libertad se paga con dinero?
La multa por mal llamadas injurias, pues está probado que cuento hechos objetivos, es de casi 30.000 euros. Yo literalmente no tengo un euro y aquí sobrevivo gracias a la solidaridad. Podríamos haber intentado conseguir esa cifra tan elevada también con solidaridad pero ante una condena tan injusta ni me lo planteé. Pero sí, si tienes mucho dinero te sueles librar de la cárcel, de ahí que solo estén llenas de pobres. A mí no han podido embargarme nada porque no tenía absolutamente nada.
Es normal que con el paso del tiempo cueste más movilizar cuando falta organización y el Estado logra normalizar la represión. Pero aún hay muchísimas personas que ejercen la solidaridad
Que por algo así quieran añadirme 16 meses más de prisión es muy grave y aunque incluso desde Europa u organismos internacionales den constantes toques de atención al Estado por este tipo de condenas, lo siguen haciendo. Además, la inmensa mayoría de medios ocultan los tuits y la canción “Juan Carlos el Bobón” por los que quieren añadirme esto [los 16 meses de condena], pues demuestran que literalmente por contar la realidad encarcelan. Como ocultan las condenas y reproches que recibe el Estado desde fuera.
Tras su encarcelamiento se prevé una reforma de los artículos del Código Penal relacionados con los delitos de opinión. ¿Cómo cree que afectará esta reforma a la Corona?
Solo son promesas ante la presión popular para desmovilizar. A la vista está que no han movido un dedo, que no me han liberado pudiéndolo hacer, que Valtonyc sigue en el exilio, que hay otros condenados y que puede haber más que siempre a la espera de juicio por estos delitos.
Promesas incumplidas como tantas más: derogar la reforma laboral y la ley mordaza (que ampliarán con la ley mordaza digital), pensiones dignas, ingreso mínimo vital asegurado y un largo etc.
Si los acaban tocando [los delitos por los que ha sido condenado] será por más presión popular y aún falta mucha. Si se lograra, la Corona lo tendría mucho más difícil para seguir imponiéndose al no poder censurar con el miedo a la mayoría que se opone a su insultante y multimillonario saqueo. De ahí que el régimen no quiera eliminar las “injurias” a la Corona y otros delitos de expresión para frenar las voces realmente críticas.
Por este caso estará algo más de dos años en prisión, pero en su historial también aparecen otros: una condena suspendida de dos años de prisión por enaltecimiento del terrorismo en 2014, seis meses de cárcel por agredir a un periodista de TV3 y dos años y medio de prisión por amenazar al testigo de un juicio, aunque esta última condena es recurrible al Tribunal Supremo. ¿El Estado va a por usted?
La condena por “agresión” a un periodista es escandalosa, pues omiten quienes empezaron agrediendo [y] provocando esa reacción que no dejó ningún herido. La de amenazas a un testigo es un claro y descarado montaje policial, condenado sin prueba alguna en otro juicio-farsa política. La Guardia Urbana de Lleida agredió brutalmente a un compañero de colectivo como quedó probado con parte de lesiones, los llevó a juicio y la G.U. para montar el teatro llevó a un testigo falso, un fascista que posa en redes con armas de fuego. Pese a las pruebas salieron absueltos, lo denunciamos públicamente y el testigo vino a agredirme a mi domicilio. Me defendí sin dejarlo herido y me denunció inventándose absurdas amenazas de muerte. Encima, he sido condenado a tres años y si el recurso o la solidaridad no lo evitan, pasaré más años preso por algo que ni he hecho.
En este Estado condenan hasta sin pruebas y que no paren de sumarse causas que “misteriosamente” llegan todas las condenas juntas, demuestra que hay una operación de Estado para encarcelarme muchos años.
Ha asegurado en más de una ocasión que existe una operación de Estado para neutralizarle y mantenerle todo el tiempo posible en prisión. ¿Por qué cree que le consideran peligroso?
Me consideran peligroso porque como reconoció la fiscal en mi último juicio en la Audiencia Nacional: “Es conocido e incita a la movilización social”. No solo existe este ensañamiento por mi arte revolucionario que empuja a luchar y da a conocer numerosas injusticias señalando a los culpables, también porque llevo muchos años militando. Si no hubiera estado organizado dedicando tanto tiempo y compromiso en tantas luchas, no me considerarían así de peligroso. Aparte de por ser conocido, se ceban porque no he retrocedido ante sus constantes amenazas y golpes represivos.
¿Volvería a hacer todo por lo que le han condenado?
Sí, no me arrepentiré nunca de haber luchado.
Tras su encarcelamiento se dieron disturbios en distintos puntos del Estado pero a día de hoy apenas existe reivindicación social en las calles por su liberación. ¿Tiene miedo de que la gente se “olvide” de usted?
Es normal que con el paso del tiempo cueste más movilizar cuando falta organización y el Estado logra normalizar la represión. Pero aún hay muchísimas personas que ejercen la solidaridad. La lucha por la libertad, que no solo es por mí, jamás se olvidará. Así que no me siento nada olvidado, sé que desde aquí sigo aportando y si decidí no exiliarme es porque lo consideraba más productivo. Así ha sido y sigue siendo aunque a nivel mediático haya menos ruido, me quedo con el trabajo diario que hacen organizaciones por nuestros derechos y libertades. La organización es más necesaria y útil que estar en trending topic [tener mucha relevancia en las redes sociales, en concreto Twitter].
Afirmó que en la cárcel está escribiendo un libro de poemas, artículos y cartas. ¿Cuál es su inspiración?
Me inspiro en lo que vivo aquí y en lo que sucede fuera. También en que no consigan lo que quieren, si me han encarcelado es por escribir lo que prohíben, lo sigo haciendo y es una forma de seguir luchando en esta trinchera.
¿Cómo se informa dentro de prisión? ¿Qué lee y qué le gustaría leer?
Me informo a través de las cartas y llamadas o visitas. Leo poesía sobre experiencias revolucionarias en varios países además de teoría comunista. También acabo de terminar un libro del dirigente y expreso político de las Panteras Negras Bobby Seale. No permitieron que me entrara un libro por tener la tapa dura (absurdo cuando el palo de la escoba de la celda es más duro) y no puedo entrar más de seis libros ni ir a la biblioteca de la cárcel. Me gustaría leer más artículos y noticias de medios anticapitalistas, pero al no disponer de internet es difícil.
¿Qué opinión tienen de usted los demás presos?
Bastantes presos me han mostrado su respeto y lo injusta que les parece la condena, no solo de aquí, también me han escrito presos de otros módulos y cárceles. Aparte de la correspondencia que mantengo con otros presos políticos. Solo un preso no entendía la pelea por una celda individual pero al explicarle que es una reivindicación por los derechos de todos los presos le pareció bien. Eso en cuanto a lo que he visto, lógicamente como en todos los lados habrá quien por desconocimiento o por diferencias ideológicas no me trague.
Por último, ¿qué echa de menos?
Echo de menos muchas cosas tan simples como pasear con mi perro o comer algo decente. Aquí hasta un huevo frito parecería un lujo con la porquería que nos dan (los presos cuentan cómo con los años la comida entre otras cosas ha empeorado). Pero especialmente echo de menos a mis seres queridos.
¿Le gustaría añadir algo?
Echo de menos muchas cosas pero aprovecho este espacio para denunciar que con la excusa de la covid-19 aquí también se ha recortado. Por ejemplo en el tiempo de las visitas, como si por estar media h [hora] más pudieran aumentar los contagios. Si ya eran escasas y breves, ahora ya… También que la empresa (CIRE) que gestiona la pésima comida es la que se lucra con la comida que hemos de comprar para no pasar hambre (atún, queso y poco más), con el elevado precio de las llamadas, explotando a los presos que trabajan por tres euros la hora, etc. Se ocultan las condiciones de la prisión para vender que son casi como hoteles. No veo a quienes dicen eso venir a veranear aquí.
También hago un llamamiento a no normalizar la represión y otras injusticias porque así es como el régimen perpetúa situaciones intolerables, a que todos aportemos a la lucha para poder conquistar vidas dignas poniendo fin al sistema que solo beneficia a una minoría explotadora.
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¡Valor Pablo! De las pocas personas con dignidad en esta sociedad enferma. Y encima por decir la verdad. Desde afuera seguiremos organizando y apoyando la solidaridad contigo y con cualquier a quién repriman por plantar cara a este estado moribundo