Zelenski Congreso - 3
Aplauso durante la comparecencia de Volodimir Zelensky en el Congreso el pasado 5 de abril. Verónica Povedano/Congreso de los Diputados

La semana política
Momento aplauso

La comparecencia telemática del presidente de Ucrania en el Congreso evidencia el apoyo general a la posición oficial de la UE pero muestra las diferentes aproximaciones ante la guerra en curso y las guerras por venir.
Pablo Elorduy
9 abr 2022 06:00

Volodimir Zelensky está cumpliendo con nota el curso acelerado para convertirse en un líder de resonancia internacional. El escenario está dispuesto para que sea así. Desde el 24 de febrero, la guerra en Ucrania ha sido fijada en el marco de las sociedades occidentales, o en alguna situation room de la Casa Blanca, como un episodio final en la lucha entre la autocracia —la barbarie— y la democracia. Y, aunque el Gobierno Zelensky se establece en ese interregno en el que la democracia no alcanza su madurez —Ucrania está considerada un régimen híbrido según la escala occidental de The Economist para medir los sistemas políticos—, el compromiso de la Unión Europea con el progreso parte del principio de la aspiración: si te lo propones puedes conseguirlo todo. Tal vez Ucrania hubiera podido convertirse en una democracia liberal homologada. No lo hará.

El 5 de abril, mientras Zelensky seguía en Madrid su gira de búsqueda de adhesiones, el periódico israelí Haaretz publicaba un artículo plagado de realismo, basándose en declaraciones del presidente. Ucrania no será el país de la piruleta, sino que su futuro es convertirse en un Estado militarizado, como Israel, “rodeado de enemigos” y en constante tensión paranoica. La muestra de real politik de la que parten los mandatarios ucranianos es una ventana al futuro inmediato: el mal nunca será derrotado, no hay una solución feliz a la guerra en la que ha entrado a Europa. La masacre de Bucha no será la última. La paz del futuro será la amenaza constante.

Sin embargo, antes de abrir nuevos escenarios, podemos quedarnos unos minutos más en el aplauso.

Los integrados y los que están fuera de la foto 

Hoy, el PSOE es el único partido que representa la ilusión de que el sistema que debe salvarse de la barbarie en Europa es reformable. Ese deseo, compartido por amplias mayorías, no se centra tanto en lo que necesita reformarse —lo que abriría un debate sobre la profundidad de esas reformas que desestabilizaría al statu quo— sino en que virtualmente las democracias liberales son las únicas que contemplan, o no condenan a priori, su propia transformación y la posibilidad de permitir una paz alejada de las violencias. Ya desde hace décadas lo que se trata de “exportar” al resto del mundo no es la justicia, ni la paz, sino esa posibilidad virtual. Esa estética que Putin se jacta de desafiar. 

No existe una derecha civilizada en España, solo quedan estraperlistas, lo suficientemente hábiles para atar cabos legales, demasiado corruptos como para evitar su propia caída

El aplauso de la bancada socialista y las emocionadas palabras de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para dar pie al discurso de Zelensky, es el que más ecos encuentra en el resto de la Unión Europea. Es el aplauso de una civilización encantada de conocerse, que no cuestiona el efecto que han tenido las intervenciones de la Alianza Atlántica en el pasado, que no aprendió nada de la guerra de Yugoslavia ni de la desestabilización planetaria que han generado los conflictos en Oriente Medio azuzados por la misión civilizatoria emprendida desde 2001. Que reclama más y más destructivas armas para alcanzar la raya del horizonte; la seguridad y eventualmente la paz.

Opinión
Sobre el futuro de Ucrania y las guerras interminables de la OTAN
Aunque la violación de la soberanía de cualquier país es ilegal según el derecho internacional, y constituye una flagrante violación de la Carta de las Naciones Unidas, esto no significa que la única solución a la violencia sea la contraviolencia.


El Partido Popular hoy es el espejo deformante de ese orden atlantista. Antes que la visión de un mundo ordenado, el PP parece ver en la guerra —como en la pandemia— la oportunidad de hacer dinero rápido a costa de la sociedad. No existe una derecha civilizada en España, solo quedan estraperlistas, lo suficientemente hábiles para atar cabos legales, demasiado corruptos como para creerse sus propios discursos. El aplauso al presidente ucraniano desde esa bancada se daba por descontado, al PP actual no le interesa demasiado si Ucrania deviene en el símbolo de una democracia rediviva o si se aplaude a una víctima propiciatoria, el cálculo es cuál será la próxima oportunidad para hacer un buen negocio. Los Fondos Next Generation justifican, por sí solos, el empeño de seguir en la cresta de la ola. Ningún partido como el PP sirve para observar que la guerra nunca ha dejado de ser un gran negocio, el lubricante que mueve las ruedas de un sistema económico agotado.

Vox es el rompeolas de todas las tendencias antidemocráticas: un partido marcialmente atlantista, fanáticamente monárquico, que encontró en la cosmovisión de Vladimir Putin —antiliberal y anticomunista— un alma gemela. La alusión a Gernika como símbolo internacional del horror cortocircuitó lo que parecía un aplauso de trámite. Pero Vox aplaudirá la guerra venga ésta de dónde venga y por los motivos que sea. Se trata de un partido militarista, formado con retales del golpismo de las fuerzas armadas, en el que no hay contradicción entre identificarse ideológicamente con un proyecto como el de Putin y combatirlo. El drama es que es un partido perfectamente integrado en la historia de Europa, que no se trata de un accidente.

Estaban los partidos independentistas y nacionalistas. Salvo en el caso de la CUP y BNG, alineados en otras coordenadas, el aplauso era un sacudirse los nervios de haber captado lo que la intervención imperial rusa contra Ucrania dice a los pueblos y naciones pequeños. Mejor estar en esta Unión Europea que regresar al tiempo de los imperios demófobos.

Estaba, todavía, Ciudadanos. Lo que en el PSOE es una consecuencia de ocupar el extremo centro, en el partido de Inés Arrimadas aparece como una versión autoparódica, como un actor haciendo de sí mismo haciendo de sí mismo frente a un espejo. La indignación moral de esa tarde vino porque Enrique Santiago, secretario general del PCE y secretario de Estado, había decidido no aplaudir a Zelensky por la reciente ilegalización de partidos y la no tan reciente ilegalización del partido comunista ucraniano. Para Ciudadanos todo lo que no es un escándalo es escandaloso. Todo lo que tocan lo convierten en farsa y no tocan lo que podría justificar su papel en política (véase alcaldía de Madrid).

En la denuncia de chivato de Ciudadanos sobre el no aplauso de Santiago, no obstante, se refleja algo que sí tiene trascendencia y es la difícil posición de la izquierda española respecto a la guerra. Había más motivos para reconocer en Zelensky al representante de un pueblo agredido que al jefe de una cuadrilla de nazis, pero también hay motivos para saber que no todo el aplauso iba sobre Ucrania, sino que también se sancionaba el inicio de una escalada que sitúa a la humanidad en el momento más peligroso.

El bloqueo respecto al papel de la OTAN —Enric Juliana lo ha comparado con un ciervo que se paraliza mirando los focos de un coche— y la difícil equiparación con la agresión rusa han dejado a la izquierda a merced de cualquier interpretación. Cualquier posición que no se integre automáticamente en el consenso del extremo centro corre el riesgo de ser acusada de ayuda activa o colaboración con los planes de Putin. Se asume que la única versión de la democracia es la que ofrece el sistema actual, tan limitada pero con una impecable puesta en escena.

Mientras los tres partidos más votados, cada uno a su manera, se integran perfectamente en el sistema que lleva a la guerra, la izquierda aun debe resolver —y no puede hacerlo en un solo país— cómo romper definitivamente con sus alas reaccionarias y militaristas, y cómo echa a andar un proyecto internacionalista que no solo no condene a priori un ensanchamiento democrático sino que lo comprenda como el único camino para la paz.

Descanso
Esta columna volverá a su periodicidad habitual el 30 de abril. 

 


Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Solo para socias
Solo para socias Nueva carta mensual: “Redactor en crisis”, por Pablo Elorduy
Después de La Semana Política, el coordinador de Política de El Salto regresa a un formato periódico.
La semana política
La semana política Lo que pasó, pasó
Hora de algunas despedidas. Ada Colau tiene difícil volver a ser alcaldesa de Barcelona y la izquierda tiene difícil volver a convocar el espíritu de una época en la que pudieron cambiar muchas cosas.
La semana política
La Semana Política La nave del misterio electoral
La compra de votos en Melilla y otros puntos del Estado agita la última semana de campaña y muestra el auge del conspiracionismo.
ere mezu
9/4/2022 8:08

buen texto pablo, ahora bien, en tu penultimo párrafo me sorprende que ahora si, veais la profunda manipulacion maniquea que ha impide cualquier debate y nos empuja en manos del autoritarismo y la militarización de un descenso en todos los sentidos, no solo energetico.

pero sin embargo durante la pandemia y con la inoculacion de las terapias genicas nos hayamos tragado igual la versión, la nula posibilidad de debate, la firme y autoritaria tragadera de una version oficial que ha hecho agua desde su mismo inicio con el abandono a su suerte de los geriatricos masificados.

replantearos que no es conspiranoia enarbolar la defensa de lo colectivo frente a este caballo de troya del mas nefasto tecnoptimismo contra la vida, los pueblos y en pro de la militarización de las sociedades capitalistas modernas en su decencia

0
0
#94772
9/4/2022 16:28

decadencia no decencia, el corrector me jugo una mala pasada decencia

0
0
Javier Gallardo Vía
12/4/2022 15:19

Je. El Sistema, cada vez más hábil corrigiendo… Te cambian un texto antes de “publicarlo”. (Es una lucha desnivelada).

0
0
Unión Europea
Unión Europea La extrema derecha impone su visión de las migraciones en unas elecciones presididas por el miedo
Los discursos antimigración han protagonizado la campaña en toda la Unión Europea. El Partido Popular de Manfred Weber y Ursula Von der Leyen ha marcado el tempo de sus sucursales nacionales, incluyendo al PP de Feijóo.
Ecología
Ecologismo Las dos caras de Teresa Ribera
La vicepresidenta tercera del Gobierno es la número uno en la papeleta del PSOE para las elecciones europeas.
Lobbies
Lobbies Atlas Network, el think tank ultraliberal que gana terreno en la UE de la mano de la agenda anticlimática
Una investigación de un laboratorio de control corporativo francés revela que una poderosa asociación global de lobistas libertarios empieza a abrir puertas en la UE en el afán de retroceder la justicia social y las políticas ambientales.
Elecciones
Elecciones europeas Lo verde ya no cotiza al alza: la difícil campaña en Europa para los ecologistas
El grupo de los verdes podría perder en estas elecciones europeas un tercio de sus eurodiputados y pasar de cuarta a sexta fuerza en el Parlamento Europeo.
Italia
Italia Meloni proyecta su modelo ultraderechista sobre Europa
Todas las encuestas indican que Hermanos de Italia se impondrá en las elecciones a la Eurocámara con un 27% de los votos. Su líder se presenta como cabeza de lista en los comicios, aunque renunciará a su acta.
Palestina
Genocidio Israel mata a más de 200 personas para liberar a cuatro rehenes
El Estado sionista prosigue con el genocidio en Gaza, atacando campos de refugiados en el centro de la Franja y colapsando hospitales. Tras ocho meses de genocidio, solo hay 15 centros sanitarios parcialmente activos y cinco de campaña.

Últimas

Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)
30 años del levantamiento del EZLN Los retos del zapatismo hoy: cárteles, gobierno y militarización
En el tercer artículo de la serie de “30 años del levantamiento del EZLN”, el autor hace un recuento de la extraordinaria militarización de Chiapas y de cómo la narcoviolencia se hizo presente en este Estado del sureste mexicano
Sidecar
Sidecar Mauritania, Mali: guerra y crisis de refugiados en el Sahel
En los últimos meses las tensiones internacionales en Mauritania han amenazado con desbordarse. El origen de las mismas es el colapso de la indisputada hegemonía occidental en el Sahel.
La vida y ya
La vida y ya Preguntas no hechas
No me atreví nunca a preguntarles qué había dentro de la frase “no hay nada peor que una guerra y una posguerra”.
Desigualdad
Solidaritat Aprenentatge entre iguals per a garantir el dret a l'alimentació
Justícia Alimentària i ACOEC continuen per tercer any consecutiu amb el seu projecte Entre Iguales. Aquest projecte impulsa la formació de líders comunitàries per fomentar el dret a l’alimentació a la ciutat de València.
Energías renovables
Renovables sí pero no así Marcha multitudinaria en Granada exigiendo “renovables sí, pero no así”
Colectivos sociales de distintas comarcas de Almería y Granada reivindican “parar y reformular” el modelo especulativo y extractivista actual con graves consecuencias en los territorios que pronto no tendrá “marcha atrás”.
Más noticias
Entrevista La Poderío
Bethlehem Habboob “Es fundamental llevar el boicot a Israel a lo académico”
Bethlehem Habboob es una activista andaluzo-palestina. Junto al estudiantado, y gracias a las movilizaciones contra el genocidio del pueblo palestino en Gaza, han conseguido que la Universidad de Granada rompa sus relaciones académicas con Israel.
Deportes
Escalada Escalada libre de gordofobia y violencias, ¿es posible?
Desde los trastornos alimentarios que afectan a las profesionales hasta las miradas críticas que impiden que personas nuevas en el deporte se inicien. ¿Qué se puede hacer para que la escalada se llene de cuerpos diversos?
Desokupa
Fascismos La denuncia contra Llados y el lavado de cara de la ultraderecha
Es indignante cómo en muchísimos medios de comunicación se ha hablado de la denuncia obviando ese pequeño dato de que son fuerzas fascistas las que la llevan adelante.

Recomendadas

Migración
Migraciones Hein de Haas: “Hay que hablar menos de inmigración y más de los problemas socioeconómicos”
El libro 'Los mitos sobre la inmigración' (Península), de Hein de Haas, pretende los prejuicios que asfixian el debate e impiden emprender políticas migratorias coherentes y humanas.
Unión Europea
Elecciones para el Parlamento Europeo Manu Pineda: “La Unión Europea ya no puede ocultar su rostro más autoritario y belicista”
Número 4 de Sumar para las elecciones del 9 de junio, Pineda lleva desde 2019 ejerciendo como eurodiputado, tras formar parte de las listas de Unidas Podemos. Integrante de IU y el PCE, denuncia la complicidad de la UE con el genocidio sionista.
Elecciones
Elecciones europeas Serigne Mbaye: “Si llego, voy a estar en el Parlamento y en la calle. Si no llego, sigo a pie de calle”
El exdiputado madrileño se presenta en las elecciones europeas en el puesto número cuatro en la lista de Podemos. En esta entrevista habla de los cambios que están teniendo lugar en Senegal, su país de origen.