Actualidad africana
Gigantes africanos con pies de barro en la encrucijada

En Nigeria se multiplican las crisis en los últimos meses y el gobierno parece que, de momento, apenas es capaz de amontonarlas. En Etiopía, el espejismo de una nueva generación política en el continente, se ha embarrancado en una guerra ante la que la comunidad internacional se muestra “preocupada”. Mientras la nueva ola de la Covid19 llega sin que África haya podido aprovisionarse de vacunas.
Uganda coronavirus
Personal sanitario somete a pruebas de coronavirus a viajeros. Foto: WHO Uganda
18 jun 2021 06:00

Han pasado seis meses y ahora la comunidad internacional se muestra “preocupada” por las consecuencias de la aventura bélica iniciada por Abiy Ahmed, el presidente etíope gran promesa de la democracia, en la región de Tigray. Seis meses y más de un millón y medio de desplazados o más de 350.000 personas pasando hambre. Tampoco ha sido demasiado ágil la respuesta a la crisis de la Covid19, las vacunas no hay llegado en la cantidad esperada a África, prácticamente se han acabado, pero lo que sí que ha llegado puntualmente ha sido una nueva ola que amenaza con ser más letal, como mortífera es la espiral de violencia que atrapa a los civiles en el Sahel.

Demasiadas vías de agua en Nigeria

La decisión del gobierno nigeriano de bloquear indefinidamente Twitter ha vuelto a evidenciar que Nigeria, el gran gigante africano, tiene cada vez más frentes abiertos, que la respuesta de sus autoridades apuesta por la reducción de las libertades y el espacio cívico y que la consecuencia más evidente es un enquistamiento de los agravios. La última decisión del ejecutivo de Buhari se enmarca en una crisis en la que se han ido sumando factores, desde las tensiones territoriales y comunitarias del país que provocaron el amenazador mensaje del presidente nigeriano recordando los efectos devastadores de la Guerra de Biafra; hasta el descontento ciudadano que cristalizó en #EndSARS, en la última gran movilización social que en octubre del año pasado colocó contra las cuerdas al gobierno, y en la que las redes sociales y, especialmente, Twitter fueron ampliamente utilizadas por los y las manifestantes.

Una serie de ataques a infraestructuras electorales en el sureste de Nigeria, desencadenaron amenazadoras advertencias por parte de Buhari que parecía remitir a algunas de las atroces acciones militares durante la guerra de Biafra

Una serie de ataques a infraestructuras electorales en el sureste del país, desencadenaron unas amenazadoras advertencias por parte de Buhari que parecía remitir a algunas de las atroces acciones militares durante la guerra de Biafra. Vertidas en las redes sociales, fueron ampliamente criticadas y acabaron haciendo que Twitter borrase un mensaje por quebrantar las reglas de la plataforma. La reacción del gobierno nigeriano fue el anuncio del bloqueo de la red de microblogging y en este punto es donde confluyen esas tensiones comunitarias con las reclamaciones de la sociedad civil, las denuncias de empeoramiento de las condiciones democráticas, la reclamación del intocable derecho a la libertad de expresión y de información y los rescoldos de aquel #EndSARS que se cerró en falso y cuyas reivindicaciones básicas no se han solucionado. Coincide esta nueva oleada de descontento con la celebración del Día de la Democracia en Nigeria, y, por lo tanto, se despliega un escenario simbólico ideal para una nueva protesta.

No se puede perder de vista para completar el esquema el aumento de la tensión en algunas de las regiones del país entre grupos pastorales y comunidades agrícolas que en algunos casos han derivado en episodios de violencia. En paralelo, la confrontación se ha mantenido en la región del Delta del Níger, donde a la sombra de los vicios de una oscura explotación del petroleo han surgido y se han mantenido grupos armados. Y, al mismo tiempo, en los territorios del norte se mantiene el conflicto relacionado con el intento de Boko Haram de extender su control de la zona.

Mirando (por fin) hacia Tigray

Hace más de seis meses que se inició una guerra brutal en la región de Tigray, al norte de Etiopía. Brutal, porque se ha desarrollado prácticamente por completo fuera del alcance de la opinión pública internacional, lo que siempre aumenta las posibilidades de excesos por parte de los contendientes, por mucho que guerra y excesos parezcan ser indisociables. Ahora una buena parte de esa opinión pública internacional, por fin, mira hacia la región. En las últimas semanas, el Consejo de Seguridad de la ONU se ha mostrado “preocupado” por la situación en la región, la misma expresión empleada en un comunicado conjunto del G7 en el que además se instaba a dejar entrar en la región con libertad a las agencias humanitarias. Esa “preocupación” se apoyaba sobre todo en un informe emitido por varias agencias de la ONU en el que se señala que 350.000 personas están padeciendo hambre en Tigray a causa del conflicto y que la seguridad alimentaria de 5,5 millones habitantes de la región está en riesgo si la crisis se mantiene. Apenas unos días antes Unicef había señalado que los enfrentamientos habían provocado el desplazamiento de 1,6 millones de personas, de los cuales casi la mitad, 720.000, eran niños y niñas que necesitaba asistencia urgente.

Un informe emitido por varias agencias de la ONU señala que 350.000 personas están padeciendo hambre en Tigray a causa del conflicto y que la seguridad alimentaria de 5,5 millones habitantes de la región está en riesgo si la crisis se mantiene

La magnitud del desastre humano se hace tan evidente como la lentitud de la reacción, porque el presidente etíope, Abiy Ahmed, lanzó una amplia operación de castigo contra el Frente de Liberación del Pueblo Tigray (TPLF) en noviembre del año pasado. Ahmed aseguró que se trataría de una ofensiva rápida y con pocas consecuencias. Más de seis meses después se evidencian esos resultados, el exceso de confianza y el error en los cálculos. La incursión se ha producido en medio del más absoluto silencio, con todas las comunicación bloqueadas por el gobierno etíope e, incluso, negando el acceso a organizaciones humanitarias precisamente para controlar la información. Ni siquiera eso pareció hacer sospechar a la comunidad internacional. Conforme la intervención se alargaba se fue desvelando la participación de tropas eritreas camufladas colaborando con el ejército etíope o las masacres y graves violaciones de derechos humanos desveladas por algunas organizaciones internacionales.

Con este clima y en este contexto, está previsto que el lunes se celebren en el país unas elecciones parlamentarias en las que Abiy Ahmed se juega la continuidad en el puesto. Los comicios llegan casi con un año de retraso, después de que fuesen convocadas inicialmente en agosto de 2020 y pospuestas en dos ocasiones, primero por las condiciones sanitarias y después por cuestiones logísticas. Para esta cita ya se ha anunciado que el voto en dos regiones se aplaza a septiembre por cuestiones técnicas y algunos actores internacionales ya han mostrado su “preocupación”.

Kenia y Somalia acercan posiciones

Hace más de seis meses que el clima de relaciones entre Kenia y Somalia empezaron a deteriorarse. Los dos vecinos condenados a entenderse por su proximidad y por los vínculos entre las poblaciones mantienen históricamente continuos tira y afloja. La última crisis diplomática parece estar tocando a su fin, primero, con el anuncio del restablecimiento de los vuelos entre los dos países y después con el anuncio de la voluntad de reabrir la embajada keniana en Somalia “lo antes posible”.

El desencadenante de esta última crisis fue la decisión, en diciembre de 2020, del presidente keniano Uhuru Kenyatta de recibir oficialmente en Nairobi al presidente de la autoproclamada República de Somalilandia que, por el momento, tiene un escaso reconocimiento internacional. El gobierno somalí consideró esta maniobra como una ataque a la integridad del país y una injerencia  en sus asuntos internos, expulsó al embajador keniano y retiró su representación diplomática de Nairobi. Sin embargo, las fricciones entre los dos gobiernos son diversas y tienen múltiples ramificaciones. Por un lado, se disputan la soberanía sobre un espacio marítimo rico en petroleo y gas. Por otro lado, Kenia apoya a líderes locales somalís enfrentados al gobierno central, como parte de su estrategia para frenar el impacto del grupo armado Al Shabab. De hecho, en medio de esta crisis, el gobierno keniano anunció la clausura de dos de los campos de refugiados más grandes y más antiguos de la región, con una importante presencia de desplazados somalíes, lo que incrementaba las tensiones y abría un nuevo foco de inestabilidad. Ahora parece que las diferencias se van restañando, al menos, por el momento.

La enésima ola de la Covid19 llega antes que las vacunas

Ya se están empezando a hacer sentir los efectos de la que se ha considerado la tercera ola de la Covid19 en el continente africano, justo en el momento en el que el norte global respira aliviado gracias al descenso en los contagios y en la gravedad de la infección que ha propiciado una campaña de vacunación intensiva. En el último balance ofrecido por la oficina regional de la OMS, el pasado domingo, el número de casos había aumentado un 36,3% respecto a la semana anterior. Veinticuatro países notificaron un crecimiento en el número de infecciones y en el caso de Comores, Esuatini, Gambia, Guinea, Kenia, Lesoto, Liberia, Malawi, Mali, Mauricio, Mozambique, Namibia, Ruanda, Senegal, Seychelles, Sierra Leona, Sudáfrica, Zambia y Zimbabue experimentaron un incremento de los casos de, al menos, un 20%. Varios de estos países han regresado en las últimas semanas a los confinamientos, la suspensión de clases, la limitación de movimientos y otras medidas restrictivas. Mientras otros como Uganda o la República Democrática del Congo han advertido del colapso de sus infraestructuras sanitarias.

A pesar de ser la región con la cifra de contagios más baja, la mortalidad en el continente africano es la mayor del mundo. La explicación para esta aparente paradoja es la escasez de recursos de salud y, sobre todo, la falta de vacunas

A pesar de ser la región con la cifra de contagios más baja, la mortalidad en el continente africano es la mayor del mundo. La explicación para esta aparente paradoja es la escasez de recursos de salud y, sobre todo, la falta de vacunas. La iniciativa Covax no ha llegado a los parámetros esperados y de hecho últimamente no solo se ha desacelerado, sino que prácticamente se ha parado. Algunos países no pueden garantizar el suministro de las segundas dosis al personal imprescindible que recibió las primeras. Por diferentes motivos todas las vías de suministro parecen tambalearse. En la última reunión del G7, los participantes comprometieron la donación de 870 millones de dosis, que deberían agilizar este proceso, pero no se puede perder de vista que a medida que se han ido aprobando las diferentes vacunas, la mayor parte de los países del Norte global han adquirido dosis para vacunar más de una vez a su población.

Las poblaciones golpeadas por la inestabilidad en el Sahel

La masacre de Solhan en Burkina Faso ha vuelto a recordar quiénes son las verdades víctimas de la inestabilidad en el Sahel. En la noche del 4 al 5 de junio entre 120 y 160 personas fueron asesinadas por hombres armados en la localidad de Solhan situada al este del país, cerca de la frontera con Níger. La noticia que ha causado consternación ha coincidido casi en el tiempo con el anuncio de Emmanuel Macron del final de la Operación Barkhane que desde hace siete años Francia mantiene en el Sahel. Los analistas, sin embargo, han matizado después que el anuncio del presidente galo apenas significa un cambio en las fórmulas de colaboración militar.

La estremecedora noticia del asalto a Solhan ha sido aprovechada por los expertos para recordar hasta qué punto la población civil es la víctima de una militarización de la crisis que además se ha convertido en el caldo de cultivo ideal para que los grupos armados se aprovechen de la sociedad. En el fuego cruzado, entre las armadas nacionales, los asistentes internacionales, los diferentes grupos yihadistas y las milicias de autodefensa se multiplican los atropellos y con ellos los agravios que terminan de complementar los enrolamientos forzosos para alimentar una espiral de violencia que la sociedad civil está reclamando que se detenga lo antes posible.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

República del Sudán
Un año de guerra Sudán, la guerra del futuro que aplastó la revolución
La confrontación entre el ejército y las milicias en Sudán implica una guerra contra la población que se levantó por la democracia y ahora lucha por su supervivencia.
África
Feminismos Las estrategias feministas de las mujeres de Guinea Ecuatorial frente al patriarcado
Como ocurre en todas las sociedades, las violencias machistas atraviesan las vidas de las mujeres en la antigua colonia española, pero además, éstas se ven abandonadas por un estado que no dispone de un marco de protección a las víctimas.
Violencia sexual
Clara Serra “Legislar el sexo con arreglo al deseo es la vía directa al punitivismo”
En ‘El sentido de consentir’, Clara Serra defiende que el concepto de consentimiento es precario y ambiguo. Pese a su utilidad jurídica para hacer leyes, argumenta, no puede convertirse en la receta mágica.
Opinión
Opinión La guerra cada día más cerca
Se condena y reprocha a Irán el ataque con drones y misiles a Israel, pero no se condena con la misma intensidad el ataque hace dos semanas al consulado de Irán en Damasco, donde murieron dos generales y diversos funcionarios y guardias iraníes.
Genocidio
Mkhaimar Abusada “Israel quiere quedarse en Gaza”
En esta conversación el doctor gazatí de Ciencias Políticas, Mkhaimar Abusada aborda la popularidad de Hamás en Gaza, las probabilidades de éxito israelí en la lucha por extinguir la insurgencia palestina o el futuro político del enclave.
Ecuador
Crisis diplomática El asalto a la Embajada de México, el naufragio diplomático de Ecuador
El país sudamericano queda cercado por la crítica internacional tras la detención por la fuerza del exvicepresidente Jorge Glas, asilado por el Gobierno mexicano en su sede en Quito.
Arte
Arte Guerra, crisis migratoria y Unión Europea: el arte crítico de Avelino Sala en la primera Bienal de Malta
El salón español de la Bienal de Arte de Malta está ocupado por cinco creaciones del artista gijonés Avelino Sala en las que representa las similitudes entre las guerras pasadas y presentes, los estallidos sociales o la hipocresía de la ONU.

Últimas

Sanidad privada
Privatización Defensa adjudica a Quirón el servicio de vigilancia de la salud de su plantilla
Tras el escándalo, el principal cliente del novio de Ayuso gana el concurso para realizar exámenes de salud a la plantilla del Ministerio de Defensa, que hasta 2020 se realizaban en el Hospital público Gómez Ulla.
Opinión
Opinión Cuando los jueces se alían con los especuladores: anatomía de un desahucio en Alacant
El papel que juegan los jueces en los procesos de desahucios, que en algunos casos acaba favoreciendo al negocio de la especulación, es un asunto controvertido que no ocupa muchas portadas.
Ocupación israelí
Palestina El Salto te ofrece una camiseta para apoyar económicamente a la UNRWA
No cesamos de buscar nuevas vías para visibilizar un mayoritario clamor social que pide un alto el fuego al que apenas se da cabida en el discurso mediático convencional. Todos los beneficios de esta campaña irán destinados a la UNRWA.
Agroecología
Opinión Contra el desalojo del proyecto agroecológico Otxantegi Herri Lurra en Berango
El jueves 18 de abril pretenden expulsar un proyecto que ha recuperado campos de cultivo para ejecutar un PGOU que acabaría con 40 hectáreas de espacios naturales y suelos fértiles
Más noticias
Sequía
Feria de Abril Arte flamenco para luchar contra la sequía
Una acción de Juventud por el Clima Sevilla en la Feria de Abril se suma con unas sevillanas de denuncia a la Acción Global por el Clima del viernes 19 de abril, convocada por Fridays for Future.
Opinión
Opinión Ni un voto al genocidio contra el pueblo palestino
Conocemos el compromiso del Estado español con el statu quo imperialista, por lo que nuestra ingente tarea es forzar al gobierno español a hacer algo que no quiere hacer.
Genocidio
Genocidio Clamor entre empleadas de las big tech ante la complicidad de Google con el genocidio israelí en Palestina
El gigante tecnológico de Silicon Valley ha firmado este mismo año un acuerdo de colaboración con Israel que, según sus propios trabajadores, puede aumentar la capacidad de videovigilancia y selección de objetivos militares a través de Google Photos.
Sidecar
Sidecar El fin de la inocencia
¿Por qué las burguesías blancas están visceralmente del lado de Israel? Una respuesta sería que las burguesías occidentales consideran que la situación de Israel está íntimamente ligada a la suya.
Opinión
Regularización Iniciativas populares vs pactos institucionales: caminos colectivos frente a los callejones sin salida
Mientras el pasado martes la perseverancia de los colectivos migrantes se anotaba una victoria en el Congreso, el miércoles el Parlamento Europeo ratificaba de nuevo, como único horizonte, la razón securitaria.

Recomendadas

República del Sudán
Un año de guerra Sudán, la guerra del futuro que aplastó la revolución
La confrontación entre el ejército y las milicias en Sudán implica una guerra contra la población que se levantó por la democracia y ahora lucha por su supervivencia.
Violencia machista
Irantzu Varela “Es mucho más gozoso un espacio sin hombres”
En ‘Lo que quede' (Continta me tienes, 2024) la periodista Irantzu Varela lanza dardos contra todos los hombres que han ejercido violencia contra ella. Contra todos los hombres que han ejercido o ejercen violencia contra las mujeres.
Sector del juego
Decreto Garzón La apuesta errónea del Supremo
Mientras la ludopatía es una de las mayores adicciones del país y el juego el tercer motivo de suicidio, el Tribunal Supremo ha tumbado varios puntos del Decreto de la publicidad de las apuestas.